1.- Concéntrate en la idea de que tu apostolado no va a triunfar en cuestión de números, ni en cuestión de conversos, ya que la mayoría de la gente prefiere ver y leer otras cosas, y ademas no quieren convertirse,…
2.- Regocijarte en hacer lo mas que puedas, teniendo en cuenta el primer punto, que tu apostolado no convertirá a la ciudad ni a la nación, quizá solo a una persona en toda la nación, tu recompensa sera equivalente a si hubieras convertido a miles, por que hiciste TODO para convertir a miles, solo que esos miles estaban muy ciegos y endurecidos.
3.- Complacete en la idea de que estamos los que estamos, y somos y seremos muy poquitos, por que escrito está: «¿Cuándo vuelva el hijo del hombre, hallara Fe en la tierra?» felices de nosotros!!! pero es suficiente,.. un solo católico por país, es suficiente,… yo me regocijo.
4.- Medita mucho en que tus conocidos, tus familiares, tus amigos, y toda la gente que tu estimas, es muy poco probable que se convierta y se salven, no dejes que su amor te torture y te haga renegar o pensar que Dios es muy riguroso, y si es posible, elimina el afecto que puedas en alguien que no reaccione a la predicación, por que es enemigo de Cristo, enemigo del sumo bien, amigo de los demonios, uno no debería de seguir amando o estimando a esas personas, (tampoco es útil odiarlas en si mismas, sino solo odiar lo que hacen) pero si no puedes evitarlo (el estimarlas) encomiendalas a Dios, pero sin centrarte mucho en su conversión para que tu seas feliz.
Deja un comentario